De un residuo a un substrato: Una aplicación novedosa de la Economía Circular
El término Economía Circular lleva años resonando en el panorama internacional, fuertemente vinculado a la sostenibilidad y a los nuevos modelos de producción y consumo que van floreciendo, de la mano de la creciente concienciación de la sociedad hacia el cuidado del medio ambiente y el equilibrio en la explotación de los recursos naturales.
De hecho, no son pocos los organismos que predicen que el futuro será circular, y que desde la irrupción del modelo lineal durante la Revolución Industrial, no se había dado un cambio tan importante en la forma de producir y consumir en toda la historia. Pasamos de fabricar, consumir y desechar, a fabricar, consumir y reciclar.
La Comisión Europea estima, asimismo, que la aplicación de la Economía Circular en el conjunto de la UE fomentará la creación de 700.000 puestos de trabajo y aumentará el PIB un 0,5% más hasta 2030. Apostando por esta línea de crecimiento, Ence, una compañía cuyo proceso de producción se rige por los principios de esta, apuesta a través de su Plan Social de Pontevedra por apoyar iniciativas que representen este modelo de futuro, y a su vez, fomenten el surgimiento de nuevos negocios basados en ello.
Uno de esos proyectos es el liderado por Miguel Ángel Rodríguez Martínez, enmarcado dentro del área de Emprendimiento de la III Edición del Plan Social. El objetivo que persigue esta iniciativa es mostrar precisamente las aplicaciones tan variadas que puede tener la Economía Circular. Así, el proyecto busca enseñar de manera práctica cómo un “residuo” generado por nuestra actividad cotidiana, como los posos de café, puede valorizarse, y acabar siendo alimento para el crecimiento de algunas especies, como las setas.
Para Miguel Ángel Rodríguez, creador e impulsor de la iniciativa, esta “pretende visibilizar cómo un residuo puede acabar convirtiéndose en un recurso ideal tanto en la producción de un alimento saludable, como en la generación de substratos aptos para su utilización en huertos y jardines”. Según este beneficiario del Plan Social, “el aprovechamiento de este residuo implica una reducción tanto en el volumen de los RSU (Residuos Sólidos Urbanos) como en las emisiones de CO2 generadas en su gestión”.
La ayuda aportada por el Plan Social de Ence incluye también la organización de un taller demostrativo dirigido a niños y jóvenes con el que se pretende generar conciencia circular: empleando los posos de café sobrantes de cafeterías y hogares, estos se reutilizan, actuando como substrato para cultivar setas mediante un procedimiento sencillo y altamente eficaz.
Dicho substrato, una vez agotado, puede reutilizarse a su vez en huertos y jardines o para actuar como vermicompostaje. Para su impulsor, “con esta transformación directa de la borra de café, se produce un alimento de calidad, muy saludable y de km 0, como es la seta, incrementando aún más su valor añadido, al generar cultura micológica y promover el emprendimiento”.
Para el Plan Social de Ence en Pontevedra, apoyar la puesta en marcha de iniciativas como esta, supone una muestra más del compromiso de la compañía con la Economía Circular, presente en sus procesos y en su modelo de negocio. Asimismo, la contribución a proyectos locales que generen empleo y trabajen con materias primeas autóctonas y reciclables representa una de sus máximas, en línea con la visión de Ence.
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