El Club Inmare y la gimnasia rítmica: con la familia hasta el tapiz

El Club Inmare y la gimnasia rítmica: con la familia hasta el tapiz

El Club Inmare no es uno más, y quizá tampoco quiera serlo. Hace unos doce años, nació de forma muy particular esta sociedad dedicada a la gimnasia rítmica. “Surgió en los vestuarios del colegio Sequelo de Marín. Un pequeño grupo de padres decidió formarse como club, para poder dar el salto y competir federativamente”, comentan desde el club. Y es que, hasta ese momento, los hijos/as de aquellos padres practicaban la gimnasia como una actividad extraescolar, lo que sólo les permitía ir a exhibiciones.

Ese origen familiar sigue aún hoy presente en esta asociación marinense que, a día de hoy, cuenta con 93 deportistas federados/as y unos/as cuantos/as más sin federar, pues al estar en categoría de iniciación, “sería un gasto innecesario para los padres”: “nos gusta recalcar el concepto de club familiar, porque es como nos definimos y como nos sentimos”, comentan.

Este sentir se hace visible de principio a fin. En el club, todos/as los que colaboran tienen alguna relación con los/as deportistas, y esto se va renovando de generación en generación. “Toda la directiva está formada por padres de gimnastas y entrenadoras, y cuando se termina un ciclo y los hijos abandonan el club, estos dejan el hueco en la directiva para que se incorporen padres de niñas jóvenes de cuatro o cinco años”, defienden. También es el club el que se amolda a cada situación, adelantando los pagos y permitiendo que cada padre vaya pagando según su capacidad. “Nunca pasamos un cargo a la cuenta de ningún padre, ni cuotas, ni de ropa, ni de ficha… Todos los pagos los realizan según su situación económica y de la forma que mejor le venga a cada uno”, señalan.

Esto hace posible crear un clima en el que todos/as se esfuerzan por ayudarse entre sí, lo que posibilita que ningún/a amante de la gimnasia se quede sin practicarla. Y es que este es un deporte con materiales caros, como “una simple pelota, que puede rondar los 90€, o un aro, que puede estar en 50€, sin olvidar el tapiz – los más económicos valen alrededor de 5000€, y no tienen muchos años de vida-”, señalan.

Esta realidad fue una de las razones que llevó al Club Inmare al Plan Social Ence Pontevedra. Esta sociedad no tiene ánimo de lucro, por lo que aquellas inversiones que se tengan que hacer, deben estar apoyadas en ayudas. En este sentido, desde Inmare eran conscientes de que, ante el crecimiento del club, necesitaban adquirir otro tapiz. Por ello, acudieron a esta iniciativa social y consiguieron la ayuda necesaria para poder comprar este instrumento, lo que ahora les permite “simultanear los entrenamientos de más gimnastas a la vez”, con el beneficio que supone eso para un club con casi un centenar de gimnastas.

Así, los integrantes de esta institución no dudan en afirmar que la ayuda de Ence es fundamental para su desarrollo. “Tanto los objetivos del club a nivel deportivo como las condiciones que se tienen que dar para llegar a ellos serían imposibles sin Ence”. Y es que, sostienen, sin la compañía no podrían seguir siendo el club familiar que quieren ser. “Sin el Plan Social nuestras gimnastas, o no estarían entrenando en las condiciones adecuadas, o lo harían con un elevadísimo gasto de cada uno de los padres, dejando esta actividad al alcance de muy pocos”, argumentan.

Así es el alma del Club Inmare, y así quieren que se mantenga, al mismo tiempo que sueñan con llegar a más y más personas. “Desde la creación hemos pasado por muchas fases, siendo el tiempo de la pandemia uno de los más complicados. Ahora hemos vuelto a despegar y no sólo nos planteamos seguir evolucionando como club de gimnasia rítmica, sino también poder hacerlo incorporando la disciplina de gimnasia artística”, concluyen.

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